Internet de las Cosas se ha convertido en la gran tendencia transformadora de la economía mundial, ¿Cuál es el estado de su desarrollo a nivel global?
Mucho se ha escrito del Internet de las Cosas (IoT) desde que la plataforma comenzó a volverse popular en los sectores industriales hace unos cinco años. Consultoras como Gartner, IDC, McKinsey o PwC han publicado un sinfín de páginas con predicciones que se antojan muy prometedoras en cuanto al número de dispositivos conectados y el valor del mercado de IoT para el año 2020 y su explosión como canal para la producción y actividades económicas más allá del 2050. Pero poco se dice del estado actual del IoT en el mundo, salvo algún dato aislado en reportes de inversión de alguna empresa o notas periodísticas dando cuenta de que tal o cual país se encuentra en fase de pruebas de redes para soportar esta plataforma.
Grandes industrias como la farmacéutica, la minería, la venta minorista, la agroindustria y la manufactura pesada ya se encuentran aplicando esta tecnología, al tanto que empresas como Google, Samsung y Amazon comienzan a comercializar los primeros dispositivos conectados para el consumidor doméstico.
Sin embargo, en su contexto más amplio el IoT es una plataforma que no se encuentra aún inserta de forma general en la economía mundial. ¿A qué se debe esto?
¿Recuerdas el Internet en 1999? O, si eres más joven, ¿los teléfonos móviles en 2007? Este es esencialmente el panorama donde se encuentra la Internet de las Cosas actualmente. En 1999, Internet ya tenía muchos signos de grandeza (Google y Amazon estaban tomando fuerza), pero a menudo era una experiencia frustrante, o posiblemente una experiencia de terror (¿poner mis datos bancarios en un sitio web? ¿en serio?)
En 2007, los teléfonos móviles ya habían alcanzado muchos de los principales avances (formato más pequeño, conectividad a Internet a través de sitios WAP) y el primer iPhone estaba siendo lanzado en esa fecha, aunque aún era difícil imaginar la amplitud de la revolución que los teléfonos inteligentes propiciarían.
Ese es el estado del desarrollo del IoT actualmente en gran parte del mundo. Se encuentra en este punto de inflexión donde el futuro está ya aquí, pero no está distribuido uniformemente. Donde los dispositivos, los wearables, los visores de AR / VR, los hogares y las fábricas conectados, los drones, los coches autónomos y las ciudades inteligentes, representan un mundo completamente nuevo que está emergiendo delante de nosotros.